9 (de 17 Cartas de Mar y Amor)
9.-
En la mar, 11 de abril.
Hola encanto: ¿Todo bien? Eso deseo.
Nosotros un poco mojados, pero contentos. Singladura de hoy: 98 millas. Parece que ya estamos en las calmas. Los alisios del NE aguantaron hasta las dos de la tarde, después de una mañana gris con lluvias intermitentes. A esa hora se acabó el viento y veinticinco minutos después la ZONA INTERTROPICAL DE CONVERGENCIA —ZIC— nos dio la bienvenida con un aguacero tropical intensísimo. Parecía el diluvio universal, verdaderas cortinas de agua que dejaron el barco limpio por fuera y mojado por dentro ya que tras muchos días sin rociones ni lluvias, las goteras han hecho su agosto, pero nos hemos dado una larguísima ducha de agua de lluvia en cubierta que nos ha quitado la sal de los últimos 45 días (desde Mogán que no habíamos probado el agua dulce, en el cuerpo claro), una maravilla. Nos ha dado el tiempo justo para arriar el génova, ya que con el agua también ha llegado viento racheado de todas las direcciones.
Después del chubasco hemos quitado el freno al eje, hemos arrancado el motor, hemos conectado el piloto automático y nos hemos regalado una suculenta comida a base de atún con xanfaina regado con una botella de vino (empieza a escasear).
Al acabar de comer el viento se ha estabilizado del SE y flojito con una lluvia tenue. ¿Serán acaso los alisios del SE? Hemos izado el génova pesado, pero hemos mantenido el motor un buen rato para asegurarnos el paso de las rocas de las que te hablé, mañana con luz diurna. En fin, hemos tenido muchísima suerte ya que los alisios del NE nos han durado hasta los 2º 30’ de latitud norte y parece que (no lo diré muy alto, no sea que Eolo me oiga y se enfade) ya entraron los alisios del SE, o sea que de calmas nada o casi nada, tan preocupados que estábamos…
En un claro hemos podido observar el sol y determinar la longitud que era lo importante por lo de los Penedos. La latitud la hemos estimado, pues el sol no se ha vuelto a dejar ver.
Después de una semana entera y 814 millas hemos quitado el tangón con pena —Tangón: palo horizontal que abre el génova con el viento por la popa—, pero está bien el cambio, da vidilla.
Empieza a dolerme la cabeza del ruido del motor, pero sea en aras de la seguridad, normalmente sólo lo ponemos al ralentí media o una hora para cargar baterías cada día y la verdad es que resuena cosa mala.
Bueno querida, te dejo, voy a relevar a Nacho en el timón. Besotes.
Román
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