La caza del Snark. Séptimo espasmo.

23.01.2014 09:19

Séptimo espasmo

 

El Destino del Banquero

 

Lo buscaron con dedales y con mucho cuidado,

con tenedores y esperanza fue perseguido,

le amenazaron con una acción en bolsa,

con sonrisas y jabón fue seducido.

 

El banquero, al que entró gran coraje,

(todo el mundo esto comentó),

corrió hacia adelante a buscar al Snark

y así de su vista desapareció.

 

Y mientras buscaba con dedales y cuidado

un veloz Atatrapa se acercó de repente

y atrapó al Banquero que gritó horrorizado

e intentó escapar muy inútilmente.

 

Diversas versiones del Atatrapa (Bandersnatch)

 

Le ofreció descuentos y también un cheque

al portador por siete libras veinte

pero el Atatrapa sólo estiró el cuello

y atacó al Banquero repetidamente.

 

Sin pausa ni descanso él se defendió

dando brincos y saltos hasta desmayarse,

pero aquellas furivajes mandíbulas

a su alrededor crujían sin casi cansarse.

 

Huyó el Atatrapa al llegar los otros

Ya que los gritos de terror se oían

Tocando su campana dijo el Campitán:

“Esto era lo que yo ya me temía”.

 

 

Con el rostro negro ya no parecía

el que hasta entonces siempre pudo ser,

hasta su chaleco palideció de horror.

Aquello era digno de ver.

 

Se levantó vestido de etiqueta

para el pavor de los presentes aquel día

y con muecas grotescas intentó explicar

lo que su lengua decir no podía.

 

Se hundió en un sillon, se mesó los cabellos

cantando en tono tontieso

palabras que demostraban lo loco que estaba

mientras castañeteaba un par de huesos.

 

“Dejadle a su suerte, se está haciendo tarde”.

El Campitán dijo: “Si nos descuidamos,

con el tiempo perdido hasta ahora,

antes de la noche un Snark no pillamos”.

 

    Nijar, 23 de enero de 2014

    Emilio Bisbal Moya

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