El arte de fondear o El fondeo no es feo —6— Maniobra de levar, muertos y otras cuestiones
Foto de https://penobscotmarinemuseum.org
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Maniobra de levar
Máquina en «atención». Toda la tripulación a sus puestos. Molinete o cabestrante listo para virar, sin freno y con el barbotén engranado. Se zafan trincas, estopores y bozas y el primer oficial comunica al puente: «Listos para virar».
A la orden del capitán, se comienza a virar de la cadena.
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Si hay poco viento y mar, no será preciso ayudar al molinete. En caso contrario, el máster ―guiado por las indicaciones del chiefmate― dará paladas o poca avante para facilitar la maniobra. El primer oficial, (a viva voz o con sus brazos) indicara cómo llama la cadena ―por la proa, de largo, de través, spring (babor o estribor) o a pique― para que el capitán oriente la proa mediante el timón y la máquina.
Al igual que al filar la cadena, los toques de campana irán indicando el número del grillete que cruce la superficie del agua.
Cuando el primer oficial estime que la longitud de cadena en el agua sea aproximadamente la misma que la profundidad del lugar y que esté a pique empezando a llamar ligeramente hacia popa, dejará de virar y dará la voz de «ancla a pique» acompañada de la señal visual o acústica (campanadas) correspondiente y esperará órdenes.
El capitán detendrá la marcha de la nave y seguidamente mandará levar. Observando la cadena mientras se vira, el first mate determinará el momento en que el ancla zarpe o deje de agarrar el fondo, efectuando entonces la señal prevista y dando la voz de «¡zarpó!»
Se seguirá virando despacio hasta que el ancla asome a la superficie, en cuyo momento el primero hará la señal correspondiente y dará la voz de «ancla arriba y clara».
Cuando el capitán o patrón considere que ya no es necesario utilizar el fondeo se lo indicará al primer oficial, quien dirigirá las maniobras de colocación del ancla en el escobén, varadero o guía y la trinca de la cadena con freno, estopor y boza.
Si los brazos de la tripulación o el molinete no consiguen hacer zarpar el ancla, se hará firme la cadena y se dará marcha atrás. Normalmente, al trabajar la cadena casi en la vertical, el ancla zarpará. Si no es así se probará a virar desde otro ángulo o posición. Si se hubiera puesto un orinque, se procederá a virar del mismo. Si el ancla sigue negándose a zarpar ―aún a riesgo de sufrir desperfectos cosméticos en la roda y amuras― se hará firme el fondeo y se dará media avante. Si el ancla persiste en su negativa, será mejor volver a filar cadena y… «mañana será otro día» o, si tenemos prisa, filar toda la línea de fondeo dejando una boya en su extremo (para su ulterior recuperación) y hacernos a la mar.
Levar a vela (en un balandro, cuter, yola o queche)
Se deja el foque envergado y listo para izar. Se iza la mayor dejando la escota en banda y el amantillo trabajando para que, aun con mucho viento, el barco no tome arrancada. Se vira despacio de la línea de fondeo mediante molinete ―o a mano si el barco es ligero― hasta que el ancla zarpe, momento en que la proa caerá a la banda de sotavento. Virar con rapidez del fondeo total o parcialmente, largar amantillo y cazar escota: El barco empezará a navegar.
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En caso de tener que ceñir enseguida, izar el foque inmediatamente. A continuación, levar totalmente el fondeo y estibar el ancla en su varadero o caja de anclas.
Muertos
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Cuando se utiliza con mucha frecuencia el mismo fondeadero, lo mejor es utilizar un muerto. En términos náuticos, un muerto es una boya fondeada con estacha y/o cadena a un volumen pesado. La longitud total de la cadena y/o estacha tendrá como mínimo una longitud ―en metros― igual a la suma de 3 + la profundidad + la máxima amplitud de la marea.
Imagen (modificada) de https://es.wikipedia.org
Lo ideal es un tramo corto (3 o 4 metros) de cadena gruesa (14 mm o más) unida con un grillete a un tramo de cadena del diámetro adecuado al desplazamiento del barco y de una longitud menor a la profundidad del lugar. Dicha cadena va unida -con un grillete giratorio y otro normal-, a una estacha de diámetro generoso, con guarda cabos y gazas en ambos chicotes. El otro chicote va unido con grillete a la boya. Recordemos asegurar los bulones de los grilletes con alambre y revisarlos periódicamente. También pueden amarrarse directamente el muerto y la boya con estacha vieja de mercante, mediante nudos (vuelta de rezón o as de guía). No hay una norma fija sobre el peso que debe tener el muerto o volumen sumergido, ya que depende del tonelaje y de la obra muerta del barco, así como de las condiciones atmosféricas del lugar, pero para embarcaciones menores será por lo menos el 12% del desplazamiento del barco que se amarre a él. Con el tiempo ―excepto en fondos de piedra, rocas o coral― el muerto se enterrará completamente, en cuyo caso duplicará su poder de agarre.
Dibujo (modificado) de https://belenos.files.wordpress.com
Las boyas pueden ser de diferentes tipos y tamaños, con un único enganche, como la de la imagen anterior, o doble, como la de la imagen siguiente.
Imagen de https://www.nautilus21.com
Si el peso del muerto está por encima del necesario, lo mejor será usar boyas grandes que actuarán como amortiguadores cuando haya mucha mar.
El muerto con forma de losa (mucha superficie y poco grosor) es quizás el más efectivo, puesto que incrementa el efecto ventosa.
Foto de https://es.wikipedia.org
Podemos encargar el artefacto y su fondeo a una empresa especializada, pero nos saldrá muchísimo más barato si lo fabricamos nosotros mismos (con concreto u hormigón armado con un entramado de varilla de acero corrugado), debidamente asesorados. Una vez hecho, curado y despojado del encofrado de madera, necesitaremos un camión grúa para transportarlo desde el lugar de construcción hasta el muelle y, una vez allí, depositarlo en el fondo. Después lo llevaremos al lugar escogido utilizando nuestro barco y la marea. Si hay poca marea recurriremos a globos elevadores para trabajos submarinos.
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Anualmente conviene revisar todo el conjunto: desgaste de alambres de seguro, grilletes, guarda cabos, estachas y boya.
Para tomar un muerto nos acercaremos a la boya a la mínima velocidad de gobierno y proa al viento o al efecto combinado de viento, corriente y mar. Con el bichero, el primer oficial o un tripulante designado tomará la boya y se amarrará a ella.
En caso de hacerlo en solitario o en condiciones adversas, puede ser útil el siguiente procedimiento:
Dibujos de https://www.publiconsulting.com
Si la boya es grande lo mejor es amarrar un cabo de poca mena y longitud igual a la eslora, unido a un pequeño flotador de color naranja, rojo o amarillo (un boyarín, un bidón vacío o un par de flotadores de red). Con este aditamento tomar el muerto será mucho más fácil.
Como decía en la introducción: “Para llegar a la maestría, como en todas las artes, se requiere aprendizaje, práctica y también algún fracaso”. No nos desanimemos, nadie nace enseñado y aún los más experimentados navegantes no siempre consiguen fondear adecuadamente a la primera. Si no quedamos satisfechos, no dudemos en levar y volver a fondear cuantas veces sea necesario.
Y, de momento, esto es todo amigos lectores. Espero que estos apuntes os sirvan para algo o, por lo menos, os hayan entretenido. Como siempre, si me corregís, aportáis datos o cuestiones interesantes, las iré añadiendo al artículo. Gracias.
Román Sánchez Morata - 05-05-2016
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Fuentes:
https://www.practicosdepuerto.es
https://www.cibernautica.com.ar
https://www.publiconsulting.com
https://belenos.wordpress.com
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